¿Qué podemos hacer individualmente para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres?

En primer lugar, esto implica no hacer distinciones de género al valorar los méritos, habilidades o talentos de las personas.

Detección temprana y abordaje de situaciones especialmente vulnerables.

Todos los días, el lenguaje juega un papel muy importante en la ruptura de los estereotipos de género y el rechazo de la categoría binaria "hombre-mujer". En lugar de emplear frases como "damas y caballeros" o "niños y niñas", recurre a un término neutral en materia de género como "público", "niñez" o "ustedes". Estos pequeños cambios pueden contribuir en gran medida a cambiar las percepciones culturales de género. 

Si eres testigo de un caso de acoso, denúncialo y da un paso adelante. Busca la ayuda de otras personas si tienes miedo de hacerlo. Tómate el tiempo de escuchar a la víctima y pregúntale de qué manera la puedes ayudar.

Cuestiona cualquier noción estereotipada de género, como "una mujer debería saber cuál es su lugar" y "no te pongas sensible", mediante un diálogo abierto. 

Exige un ambiente de trabajo progresista a través de la representación equitativa de mujeres en los altos cargos y juntas directivas, la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor y el dictado de cursos de formación sobre igualdad de género.

Las mujeres suelen hacer grandes sacrificios profesionales para tener una familia, lo que repercute en su bienestar personal y económico. Es importante alentar a los padres a desempeñar un papel activo en la crianza de sus hijas e hijos. Los programas de reinserción laboral también pueden ayudar a las mujeres a recuperar la formación que pudieran haber perdido cuando están listas para reincorporarse en el mercado laboral. 


Comprometerse con una causa

La acción colectiva puede operar en todas las escalas. ¡Ninguna acción es demasiado pequeña! El primer paso es presentarse. Puedes asistir a una asamblea pública o una protesta relacionada con un asunto comunitario, o compartir un artículo o noticia. Y si no puedes encontrar un grupo que se ocupe del tema de tu interés, inicia uno. 

Respetar las decisiones de las demás personas

Cada persona tiene el derecho de tomar decisiones sobre su cuerpo, bienestar, familia y futuro. 

Cuando las decisiones de otra persona te molesten, pregúntate por qué. Analiza los prejuicios que puedan estar impulsando tu reacción y considera las circunstancias que llevaron a que la vida de esa persona fuera diferente a la tuya. Escucha sus argumentos.

A veces, nos cuesta entender una decisión que nunca tuvimos que tomar. Asume la responsabilidad de aprender y pensar de manera crítica sobre las situaciones de las demás personas. 




En el ámbito familiar.

Enseñarles a las niñas lo valiosas que son.

Incluso antes de llegar a la pubertad, las niñas de todo el mundo ya han internalizado creencias sobre su lugar, valor y papel en la sociedad como personas dependientes, vulnerables o incapaces, y se les enseña que deben actuar de esa manera, lo que refuerza los estereotipos de género y les impide desarrollar todo su potencial.

Anima a las niñas a alzar la voz y hacerse valer. Contrarresta las narrativas y el lenguaje que las persuada de no hacerlo: diles que son "audaces", no "mandonas". Demuéstrales que sus pensamientos importan pidiéndoles su opinión y escuchándolas cuando hablen. Y si eres madre/padre o profesor/a, invierte en juguetes, libros y películas que sean neutrales en materia de género. Muéstrales a las niñas las posibilidades de su potencial y permíteles jugar como deseen. Hazles saber que no existe una manera correcta o incorrecta de ser una niña.

Desafiar el significado de "ser un hombre"

Actúa como un hombre. Los niños no lloran. Los niños son niños.

Estas nociones tradicionales de masculinidad suelen desalentar a los niños y los hombres de comunicar abiertamente sus sentimientos.

Tanto en tus amistades o relaciones profesionales, personales, como en tu familia, apoya las expresiones de masculinidad que involucren la vulnerabilidad, la sensibilidad, el cuidado y otros rasgos que, por tradición, no son masculinos. Fomenta un entorno donde los niños y los hombres se sientan seguros al expresar sus emociones: déjales saber que sus sentimientos son válidos e invítalos a compartirlos. No te burles de ellos ni los ignores, y delata a quienes lo hagan.


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